Los emprendedores deben desarrollar diferentes destrezas que abarquen tanto temas técnicos, como la gestión financiera, la capacidad de planificación y la organización; así como diversas habilidades blandas importantes para el crecimiento de su proyecto.
“El liderazgo, la adaptabilidad, la comunicación efectiva, la flexibilidad a los requerimientos de la tecnología, la confianza, la persistencia, la visión y la inteligencia emocional se convierten en instrumentos necesarios para el éxito empresarial”, explica Hugo Zavala Chávez, coordinador de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).
Estas habilidades pueden ser propias o adquiridas, pero es preciso trabajar en ellas para lograr mejores resultados. “Desde mi punto de vista, estas son necesarias para todo emprendedor. Si se descuidan, se puede limitar el crecimiento del negocio y, por ende, el cumplimiento de sus sueños”, complementa Roberto Guevara Zavaleta, docente de Administración y Negocios de la UTP.
De acuerdo a los expertos, estas son cinco habilidades blandas necesarias para potenciar un emprendimiento:
- Comunicación efectiva. La capacidad de comunicarse de forma persuasiva y transparente es trascendental para todo emprendedor. Tener asertividad implica contar con un correcto lenguaje corporal y oral, tono de voz y escucha activa. En general, toda persona que emplee una comunicación efectiva, pero especialmente un empresario, podrá presentar sus ideas y propuestas de negocio con claridad, persuasión, liderar equipos y gestionar relaciones con socios y clientes a largo plazo.
- Liderazgo. Esto no solo se refiere a la dirección de un equipo, sino que también implica inspirar, delegar, apoyar, entrenar y motivar a las personas para que alcancen su máximo potencial, explican los docentes de la UTP. Todo emprendedor con habilidades de liderazgo puede crear, innovar, establecer metas para su negocio y guiar a su equipo hacia el éxito de sus objetivos. Un buen líder también promueve un clima de trabajo positivo, colaborativo y con mucha actitud.
- Inteligencia emocional. Involucra la habilidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y la de los demás. De esa forma, el emprendedor podrá manejar el estrés, tomar buenas decisiones y construir relaciones sólidas. Una persona emocionalmente inteligente puede también formar a nuevos líderes y garantizar el éxito de su negocio a largo plazo.
- Adaptabilidad. El entorno de los negocios es muy dinámico y está en constante cambio. En ese sentido, la adaptabilidad es la habilidad de ajustarse rápidamente a nuevas situaciones, aprender de los errores y cambiar cuando sea necesario. Se trata de una destreza que se puede mejorar con el tiempo y según los desafíos que las personas enfrentan, según Hugo Zavala.
- Resolución de problemas. La capacidad para resolver problemas de forma creativa es clave para todos los emprendedores. Esto significa identificar problemáticas rápidamente, analizar posibles soluciones y generar propuestas de valor que aseguren la satisfacción de los clientes. Así, quienes desarrollan esta habilidad podrán superar dificultades, optimizar procesos y desarrollar productos o servicios que satisfagan las necesidades de su público objetivo.
Las habilidades blandas son especialmente importantes para quienes están a punto o ya han empezado su propio negocio, según Zavala Chávez. “Son el corazón de un emprendimiento y sus latidos generarán productividad a un negocio pequeño o mediano”, agrega.
No obstante, las habilidades blandas por sí solas no garantizan el éxito. “Puede haber resultados negativos y, en ese caso, es necesario tomarlo como un aprendizaje”, aconseja Hugo Zavala. “La resiliencia emocional se debe cultivar y afianzar para superar obstáculos con determinación. La vida es 10% situaciones y 90% actitudes”, añade Roberto Guevara.